Recuerdo como te conocí. Tú, sonriente, con cara de niño bueno, venías a saludarme. Al principio no me importabas lo más mínimo, eras un chico más. Alguna tarde de vez en cuando nos veíamos, pero no era nada del otro mundo. Entonces fue un momento, que te acercaste a mí y dijiste una tonteria de las nuestras, entonces te miré y vi esa sonrisa, tu sonrisa. En ese instante sabía que eras tú. Sabía que tú me harías feliz más adelante.Cada semana te veía, te saludaba alegre, como una niña pequeña cuando le dan su caramelo favorito. Un día me defraudaste muchisimo, nadie sabe cuanto. No podia parar de pensar, en cuanto me dieron la noticia, se borró mi sonrisa y mis ojos se cerraron. Estuve toda la mañana sentada, callada, triste, la gente preguntaba que me pasaba, que si estaba bien, y yo mentia diciendo que nada, que todo iba maravilla. Las verdaderas personas a las que les importaba, sabían la verdad, solo ellas.Pero tú lo solucionaste de tal manera que deje de odiarte, deje de tenerte rencor por lo que habías hecho. Unos días despúes nos vimos, y tú me mirabas de otra forma, una forma que me gustaba. A partir de ahí, esos días fui feliz, alegre, nadie podía pararme, o eso creía. Pero otra vez me fallaste y otra, pero la última más fuerte, me dolio más que nunca. Ahora ya me has decepcionado del todo, no sé que haré, que harás, que va a ser de esto, como lo solucionarás, o si lo arreglarás. Solo sé, y no es con certeza, que te esperaré, esperare como una niña espera que le compren otro caramelo para susituir el que se le rompió.