Túysolotú!

Túysolotú!

domingo, 2 de octubre de 2011

No me lo puedo creer. Es el amor. El amor con mayúsculas, el amor loco, esa felicidad absoluta, ese que desplaza a todos los demás, por guapos que sean. Amor infinito. Amor ilimitado. Amor planetario. Amor, amor, amor. Tres veces amor.

Los que mueren de verdad son los que no viven. Los que se reprimen porque los asusta el qué dirán. Los que hacen descuentos a la felicidad. Los que se comportan siempre de la misma forma pensando que no se puede hacer nada diferente, los que piensan que amar es como una jaula, los que nunca cometen pequeñas locuras para reírse de sí mismos o de los demás. Mueren los que no saben pedir ni ofrecer ayuda.

He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se puede hacer. Puede resultar doloroso, pero si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día debería contener al menos una infidelidad esencial o una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro, una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores.

El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente; por eso no me gusta hablar de amores imposibles si no de amores improbables. Porque lo improbable es por definicion probable, lo que es casi seguro que no pase, esque puede pasar. Mientas haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones que pase, vale la pena intentarlo.

La felicidad es la certeza de no sentirse perdido.

La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.

Ante cualquier contratiempo, conviene llevar un sol en el bolsillo.

Es difícil medir el valor de la vida de una persona… Para unos se mide por los seres que deja atrás, para otros se mide por la fe, para otros por el amor, para otros la vida no tiene ningún significado.
Para mi... yo creo que uno se mide por aquellos que se han medido con él.

Podrás cerrar los ojos hacia las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir.

No te enamores de los recuerdos, las cosas nunca serán igual.

Muchas veces, las personas no prestan atención a lo que hacemos, hasta que dejamos de hacerlo.